En un contexto desafiante, con baja precipitación y temperaturas mayores a las normales para la zona, apostamos por la innovación para potenciar cada hectárea cultivada.
En el campo “Los Cuatro Retoños” de la familia Giraudo, ubicado en la zona de Gancedo, Chaco, realizamos un ensayo de soja utilizando distintas variedades y densidades de semillas de Don Mario (GDM), combinadas con un manejo de precisión adaptado a las características específicas del suelo.
Gracias a la colaboración del grupo GDM y la implementación de nuestra tecnología en Experta, logramos maximizar el rendimiento del cultivo, demostrando que una estrategia innovadora puede superar todas las expectativas, incluso en condiciones desafiantes.
Don Mario proporcionó las semillas junto con recomendaciones sobre las variedades y densidades más adecuadas para cada ambiente. Mientras que desde Experta nos encargamos de la ambientación del lote, dividiéndolo en tres zonas de manejo diferenciadas. Esta segmentación se realizó con base en una caracterización ambiental precisa, utilizando datos de electroconductividad aparente de suelo, contenido de materia orgánica y el historial agrícola del lote.
Con esta información, diseñamos una estrategia de manejo personalizada para cada zona, ajustando la densidad de siembra y seleccionando las variedades de acuerdo con las condiciones particulares del suelo y la capacidad productiva del ambiente. Esto fue posible gracias al aprovechamiento de todas las herramientas disponibles en la maquinaria del productor, logrando así maximizar su uso y eficiencia.
El enfoque contrastó con el método tradicional de siembra uniforme, y buscó aprovechar al máximo las potencialidades del suelo y la genética de la semilla.
Manejo diferenciado de soja: más allá de la siembra convencional.
Mientras que en un manejo convencional se suele optar por una densidad homogénea de siembra y un número reducido de variedades, en nuestro ensayo utilizamos una gama amplia de variedades de soja, incluyendo variedades nuevas y ya existentes. Además, exploramos la influencia del calibre de las semillas, es decir, su tamaño, como un factor adicional para ajustar el manejo.
La siembra se realizó el 28 de diciembre y la cosecha el 10 de mayo, un periodo en el que se presentaron desafíos climáticos importantes: bajas precipitaciones y temperaturas más altas de lo normal para la región. Esta situación complicó la disponibilidad de agua, especialmente en las zonas de menor potencial productivo, lo cual representó un reto importante para evaluar el desempeño de cada manejo.
Resultados del ensayo: optimización del uso de insumos.
A pesar de las condiciones climáticas desfavorables, los resultados obtenidos fueron muy prometedores. Los principales beneficios del enfoque de manejo diferenciado incluyen:
- Optimización del Uso de Insumos: Se logró una gestión más eficiente de insumos como semillas y tratamientos curasemillas.
- Maximización de la Eficiencia Hídrica: Se mejoró el uso del agua, crucial en zonas con baja precipitación.
- Mayor Rendimiento: El mapa de rinde generado permitió identificar el comportamiento de cada variedad de semilla en diferentes ambientes, mostrando un aumento significativo en el rendimiento comparado con el manejo tradicional.
- Reducción de Costos: La selección precisa de variedades y densidades ayudó a reducir costos operativos.
- Rendimiento Superior en Zonas de Alto Potencial: Las zonas con mayor potencial productivo obtuvieron rendimientos superiores gracias a la estrategia aplicada.
Producción Rentable en Zonas de Bajo Potencial: En áreas con menos potencial, la optimización del recurso hídrico permitió alcanzar una producción rentable.
Innovación para un futuro agrícola sustentable.
Este ensayo en “Los Cuatro Retoños” nos muestra que un manejo preciso, adaptado a las condiciones específicas de cada ambiente, puede ser una herramienta fundamental para enfrentar los desafíos actuales de la producción agrícola. La capacidad de combinar diferentes variedades, densidades, y calibres de semillas, ajustándolas a las particularidades del suelo y las condiciones climáticas, abre un camino hacia una agricultura más eficiente y sustentable.
Este tipo de prácticas innovadoras no solo nos permiten mejorar el rendimiento y optimizar el uso de recursos, sino que también nos preparan para enfrentar los desafíos ambientales futuros, asegurando la rentabilidad y sostenibilidad de la producción.